Obra

Para esta tercera edición de la serie Una pieza, Una cultura se presenta a Xochipilli, el Señor de las Flores, como escultura emblemática y de manufactura exquisita, obra cumbre del arte mexicano, para dejar que hable sobre la riqueza, belleza, complejidad y diversidad de los habitantes de la cuenca de México y la multitud de pueblos que construyeron la gloria mexica.


Xochipilli pertenece a la tradición escultórica de Chalco al sureste de la Cuenca de México y está fechada en el periodo Posclásico Tardío (1250-1521 d.C.).


La escultura está hecha de andesita, una roca de origen volcánico muy abundante en las laderas del volcán Iztaccíhuatl, área donde se excavó en el siglo XIX, cerca de Tlalmanalco, hoy Estado de México. La pieza está registrada como parte de la colección del Museo Nacional de Antropología desde 1882, cuando aparece por primera vez en los catálogos del antiguo Museo Nacional después de haber sido donada por Alfredo Chavero.


El hecho de haber sido labrado en la región chalca, de gran tradición escultórica y artística, particularmente fértil y en donde se honraba con especial devoción a Xochipilli como deidad de la fertilidad vegetal y de las flores, se traduce en los rasgos tan característicos que le dan todo su simbolismo, carácter estético y belleza. Observando cada uno de sus detalles, se van descubriendo no sólo las ideas alrededor de Xochipilli como deidad, sino el sistema de creencias de la vasta, diversa y compleja cultura mexica.